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jueves, 18 de abril de 2013

AUTOCUIDADO DE LA SALUD DEL ADULTO MAYOR - Próstata

AUTOCUIDADO DE LA SALUD DEL ADULTO MAYOR
Guía de orientación para el cuidado de la salud de los adultos mayores.
 
Próstata
La próstata es una de las glándulas sexuales masculinas que tiene aproximadamente el tamaño de una nuez, está situada en la parte inferior de la vejiga, rodea a la uretra y a los conductos eyaculadores; por detrás está en relación al recto, por delante con el pubis. Es parte anexa del aparato genital masculino y se encarga de la secreción de un líquido viscoso que contribuye a la formación de esperma en el momento de la eyaculación.
El mantener una próstata saludable es un deber que tú como hombre debes asumir dentro de los aspectos del cuidado de la salud, debido a que esta enfermedad es la primera causa de muerte por cáncer.
Por su ubicación, cuando la próstata está crecida, sus síntomas pueden ser la imposibilidad de orinar o la disminución de la fuerza de salida de ésta, o el deseo de orinar frecuentemente, sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga, dolor al orinar, sangre en la orina, dolor constante en espalda, cadera o pelvis. Ante cualquiera de estos síntomas, se deberá consultar a un médico.
 
Consejos para compartir
El cáncer de próstata es altamente curable cuando se detecta a tiempo. Es importante que acudas al médico anualmente después de los 45 años, e inclusive a una edad más temprana, si existen antecedentes de esta enfermedad en la familia.
Esta recomendación se vuelve relevante porque a los hombres les cuesta mucho trabajo tomar la decisión de realizarse el examen.
 
Para saber más
A medida que pasan los años, la próstata puede aumentar de tamaño y bloquear la uretra o la vejiga, pudiendo así causarte dificultad para orinar o interferir con las funciones sexuales.
Este trastorno se llama hiperplasia prostática benigna y esto es mucho más frecuente que el cáncer; sin embargo, los síntomas son muy similares, y aunque no lo es, quizá se requiera de una
cirugía para corregirlo.
La próstata está incluida en la cadena de aspectos que forman parte del acto sexual, pero esta glándula no es ciertamente básica para tal fin. Los hombres adultos mayores consideran a los padecimientos de la próstata como responsables del fracaso sexual, y no es así. Esto sólo sucede algunas veces.
En ocasiones la intervención quirúrgica de la próstata genera efectos en la sexualidad, pero casi siempre se remedia a partir de otra intervención y tratamientos hormonales, esto último sólo bajo estricta supervisión médica.
El examen debe ser anual, el cual se realiza por medio de un tacto rectal, con el fin de determinar la presencia de un abultamiento anormal en la próstata. Este es un procedimiento rápido, que produce muy poca molestia, y que le permite al especialista obtener información importante sobre el tamaño, la consistencia y la movilidad de la próstata. Otro examen mide el nivel de antígenos prostáticos específicos en la sangre (sus niveles elevados pueden indicar alteraciones con la próstata y que quizá se desarrolle cáncer, aunque no siempre).
Si el médico percibe anormalidades, puede recurrir a un examen de ultrasonido, o quizá tenga que extraer células de la próstata para examinarlas bajo el microscopio, esto se hace insertando una aguja en la próstata, a través del recto o a través del espacio que hay entre el ano y el escroto (se llama biopsia por aguja).
A pesar de que todo lo anterior parece muy complicado, es de gran importancia que, a partir de los cuarenta años, los hombres comiencen a revisar su próstata con un especialista, que para este caso será el urólogo. La detección a tiempo de cualquier anomalía puede librarte de un problema más complicado.